viernes, 29 de noviembre de 2013

La perla y el dragón, reseña de Miguel Ángel Fernández


Fuente: Baúl de noticias


Nuevo libro de esta autora mexicana que mezcla literatura juvenil con literatura histórica basado en un buen estudio previo de los hechos.

La obra está basada en el autor de teatro francés Claude Kermaria, radicado en México y basado en experiencias de su propia infancia.

El libro se puede definir como una pequeña novela teatralizada pero sin los diálogos del teatro y en todos los capítulos e historias trata de episodios de la infancia del autor, desde sus tiempos en Bretaña donde nació hasta que ingresa en el Teatro de Sombras de María de Cespedes en París.

Los diferentes capítulos e historias de que consta el libro son: El viejo marinero, El espejo, El director, El velero, El robo, La gaviota, El teatro, María, La isla, El amor, La montaña, La arracada, La torre, El estreno, La guerra, La perla y Telón.

Sin duda otro gran libro de esta gran autora que cultiva la literatura infantil, juvenil e histórica como pocos lo pueden hacer.


domingo, 3 de noviembre de 2013

La perla y el dragón, reseña de Anabel Sáiz Ripoll en Pizca de papel

La perla y el dragón (detalle). Ilustración: Jorge Ruiz

En su edición de hoy, domingo 3 de noviembre de 2013, el blog de Pizca de papel publica la reseña de La perla y el dragón escrita por Anabel Sáiz Ripoll.

La perla y el dragón de María García Esperón. Quito, Zonacuario, 2013.

Por Anabel Sáiz Ripoll.

Claude es un niño que tiene una cualidad especial: su imaginación desbordante. Claude vive en la aldea de Kermaria, en Bretaña, y allí se siente feliz porque puede proyectar sus ilusiones y creer en otros mundos. No obstante, cuando su familia y él se mudan a París, comienzan los problemas. Allí todo es diferente, pese a que dicen quees una ciudad muy bonita, para Claude “la escuela era una pesada carga”. Tanto es así que comienza a tartamudear y sus compañeros se ríen de él. No obstante, hay una salida para el niño: el espejo que su madre ha puesto en la sala y que a Claude le permite llegar a otros mundos, a aquel cuento que le contó un viejo marinero y a la perla que le dio y que Claude se obstina en custodiar, pese a las malas artes del dragón.